domingo, 26 de abril de 2009

cambia

tuperspectivaytodotieneotrosabor

cambia

el marcode tusdías yte invitoavolar

todo deja,finalmente,de ser

tan normal

jueves, 23 de abril de 2009



In fondo....

En el fondo....

Deep inside....

martes, 21 de abril de 2009

...
Abre el telón de tus ideas
no dejes que una mirada espinosa te detenga,
y camina
que en tus pasos está mi dirección
y tu boca solo dice lo que quiere
pero no puedes evitar que tu mente sea más veloz
...

sábado, 18 de abril de 2009

TÚNEZ. El país de la arena dorada.


Al norte del continente africano iza su bandera la República Tunecina esperando a los incontables turistas que la visitan anualmente para pasar unas vacaciones a todo desierto y mar. Un enorme 40% de su territorio se esconde tras la dorada arena del Sahara, un horizonte arenoso soñado, dunas que solo el sol puede conocer y unos paisajes que solo el envidiado aire puede día a día recorrer. Una historia que todos estudiamos alguna vez, un Cartago protagonista de mil películas que se presenta desnudo ante el lente de un turista encantado que no deja su asombro de lado mientras pisa una ciudad histórica dejando el aire del pasado penetrar en su memoria. Un collage de influencias fenicias, romanas y árabes, entre otras, han hecho de la cultura tunecina una compleja e intrigadora cultura llena de tradiciones que solo una vez en el país se pueden conocer. Su música pegadiza, sus bailes y sabores norteafricanos, el cous-cous... Antiguos mosaicos que el buen clima ha mantenido en vida han dado a la ciudad de Túnez, capital de la República Tunecina, un valor cultural, científico y, por qué no, turístico, poco irrelevante. Un país musulmán que convive armónicamente con su minoría católica, un desierto que convive con un mediterráneo que obliga a entrar y un sol que no se opone. Los camellos guían el camino por un Sahara que se deja acariciar; Medina, Mahmata, la ciudad islámica de Kairuán, famosa también por sus telas y alfombras, y El Djem son metas casi obligatorias para quien elige un destino cultural.

jueves, 16 de abril de 2009

BARCELONA. La ciudad que nunca duerme


Multiétnica, multicolor, atractiva, encantadora, con una capacidad mágica de hacer enamorar. Así se presenta Barcelona, con sus plazas, con su mar, sus historias y su historia. La ciudad de Gaudí, donde la naturaleza se funde con la arquitectura dando espacio a fantásticas edificaciones llenas de vida y pasado. Cuidad que no se revela, inspiradora, la ciudad que nunca duerme. Sus artistas callejeros inundan las ramblas animando la vida de los pasajeros que se unen en un viaje sin regreso. Símbolo de la entera Cataluña, Barcelona abre sus brazos al mundo compartiendo sus costumbres y sus bocadillos con turistas de los cinco continentes. Herencia de Gaudí, el Parc Guell, desde su puesto en la cima contempla los ojos curiosos de quien se esfuerza por llegar a acariciar sus esculturas y descansar sobre la ciudad de los mil colores. Casa Batlló, la Pedrera y por supuesto la Sagrada Familia, son otros de los regalos que el catalán Gaudí dejó en esta ciudad transformandola en un museo al aire libre. La ciudad española se vio favorecida cuando abrió el telón de los juegos olímpicos en 1992. Montjuic, escenario de ese evento ofrece una vista única de la ciudad y un recorrido por las calles que una vez caminaron los grandes del deporte mundial. Y quien ama el mar, encuentra en Barcelona su lugar predilecto. La playa de la Barceloneta y el Maremagnum son únicos en su género. El Barrio Gotico, el Raval, el Tibidabo y la Gran Vía se unen para dar a Barcelona un toque especial y un sonido que se impregna en la piel de quien visita por primera vez la ciudad.

ALBANIA. El país de los contrastes

Un lugar donde el tiempo transcurre lento, con el peso de los ojos que lo ven pasar. Tierra de mil historias y de un pasado solo, una realidad. Un pasado que duele recordar, difícil de dejar atrás. Un país que sueña caminar, unas manos que lo dan todo, una piel envejecida que dice si. Lugar de los contrastes donde el gris apaga el fuego del sol mientras un par de cuclillas me miran pasar, verde que no quiere morir, azul que ahoga el negro temporal de los recuerdos dejando en la arena nuevas huellas que mira con esperanza un niño sin hogar. Un no convertido en si, un beso agradecido que da lo que siquiera hay, un cariño sin compromiso que no espera más que regalar. Púas de memorias atroces que el mundo nuevo viene a conquistar.

miércoles, 15 de abril de 2009

MUNICH. La ciudad de la cerveza

Un salto en la Baviera de Ludwig II. Una zambullida en una fiesta tradicional alemana que convoca cada año innumerables turistas ansiosos por conocer las costumbres de este evento: la fiesta de la cerveza alemana, el famoso Oktoberfest. Celebrado por primera vez en 1810 con motivo de la boda entre Luis de Baviera y Teresa de Sajonia-Altemburgo se convirtió en una razón mas para visitar la ciudad de Munich en el periodo de Setiembre – Octubre. Millones de visitantes se reúnen en estas fechas para conocer y saborear la celebre cerveza alemana en su lugar de origen. Una fiesta tradicional capaz de hacer sentir una gota de nacionalidad alemana en cualquiera de sus visitantes. La música, los trajes típicos, y el buen humor del ambiente contagian alegría durante todo el evento. Mil mundos concentrados, mil mundos que mutan para sentirse uno, para encontrarse en una sintonía, en un lugar y en un preciso momento en el que dos jarras de buena cerveza se celebran con un “Prosit” y un flash cegador. La ciudad Bavara ofrece mucho más todavía, una ciudad que no se puede dejar de visitar, una ciudad donde los corazones de quien presenció los juegos Olímpicos del 72 siguen latiendo en un parque olímpico que llora justicia. Llena de verde, desprende armonía en sus calles con un código infrangible que no quita libertad. Su zona central, Marienplatz y la peatonal son el punto de encuentro de todos los mundos que comparten la vista de una encantadora ciudad mientras se animan a probar nuevos gustos con una Brezn y una buena Weissbier.



PRAGA. La ciudad de los puentes

La ciudad de Praga, antiguamente capital del Reino de Bohemia y Checoslovaquia, se levanta a orillas del río Moldava y con sus 1,2 millones de habitantes se transforma en la ciudad mas poblada de la actual República Checa. Una ciudad en el corazón de Europa que deja sin palabras a sus visitantes, ciudad que habla por sí misma, ciudad de los puentes y la cultura, donde las notas de Mozart suenan todavía en las esquinas acompañando los pasos de la historia kafkiana. La ciudad vieja situada en el centro de Praga y la gótica Iglesia de Tyn que se impone casi dictatorialmente ante los otros edificios que se asoman a la plaza del casco histórico son hoy Patrimonio de la Humanidad – UNESCO. Praga, ciudad testigo de las dos grandes guerras cuenta con un barrio judío que hospeda una de las sinagogas más antiguas del continente, la Sinagoga Vieja-Nueva, fundada cerca del 1270 es también uno de los primeros edificios góticos de la ciudad. Otros atractivos no menos importantes son los innumerables museos, muestras de arte, el Castillo de Praga y el increíble Puente Carlos, testigos del paso del tiempo por una ciudad imposible de definir, una capital donde lo viejo y lo nuevo, lo antiguo y lo moderno, la historia y el futuro caminan de la mano rozando la música, escuchando la cultura y mirando desde una colina un paisaje europeo que a muchos hizo alguna vez soñar.